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Russell Guthrie  | 
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Casi al final del plan original de la OECD para abordar los impuestos internacionales, incluido en el material de “antecedentes” bastante infravalorado, hay un breve párrafo que termina pronosticando un “caos impositivo mundial” si las medidas unilaterales llegaran a reemplazar el marco actual basado en el consenso. Dos años más tarde, estamos a punto de presentar los productos finales de la OECD y en el umbral del proceso de negociación descomunal que se requiere para concretar sus ambiciones.

El plan de acción Erosión de la base fiscal y traslado de ganancias (BEPS) de la OECD presenta una oportunidad excepcional para abordar de manera genuina la siguiente pregunta subyacente: ¿Cómo podemos lograr que los impuestos tengan un mejor rendimiento en la economía globalizada y digital de la actualidad? Groundwork ya comenzó a negociar un instrumento fiscal multilateral que modificará más de 3000 tratados bilaterales, el primero de ese tipo. Es un proceso sumamente político al que jamás antes se intentó llegar; su éxito o fracaso probablemente dependan de la eficacia de la colaboración internacional y de la restricción nacional.

El director de la OECD, Pascal Saint-Amans, expresó una “opinión apenada” sobre el conocido impuesto de Google del Reino Unido, que recauda una tasa superior al 25 % de las ganancias que se “desvían” al extranjero (la tasa estándar del Reino Unido es del 20 %). También afirmó que las medidas unilaterales, como el nuevo impuesto, “no generan un impacto tan fuerte cuando se negocia un paquete multilateral”.

Sin embargo, hay cada vez más gobiernos que responden a la fuerte opinión pública acerca de los impuestos corporativos, por lo que buscan opciones unilaterales. Irónicamente, si no se mantiene bajo control la temperatura del debate público y político, podemos ver en retrospectiva y preguntarnos por qué crecieron las complejidades, las divergencias y las brechas desde que comenzamos.

Es esencial lograr los contextos prácticos adecuados. Para abordar el BEPS, fue necesario explorar enfoques innovadores que pueden aumentar la incertidumbre de la situación fiscal, tanto desde la perspectiva de los gobiernos como de los contribuyentes; por ejemplo, conceptos como la “revisión” de los acuerdos contractuales y las valoraciones sobre la “sustancia económica”. Esos conceptos pueden resultar desafiantes para las autoridades fiscales que deben aplicarlos y para los contribuyentes que deben comprenderlos.

Entretanto, muchas autoridades fiscales de los países desarrollados están descartando empleados. John Koskinen, el Comisionado del Servicio de Impuestos Internos de Estados Unidos, hace poco afirmó que el público debe aceptar sin más que el IRS hará “menos con menos”. Australia acaba de recortar 3000 empleados de su delegación de hacienda. En los últimos años, los recortes de empleados y los cierres de oficinas del Servicio de Rentas y Aduanas de Su Majestad (HMRC) fueron moneda corriente.

Las autoridades fiscales reconocieron que la contratación y gestión de recursos representa una importante limitación en la capacidad que tienen los países en desarrollo para abordar cuestiones impositivas multinacionales. La iniciativa Tax Inspectors Without Borders que acaba de publicar la OECD, conjuntamente con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, tiene como objetivo abordar esta cuestión a través de un enfoque de aprendizaje innovador y “en tiempo real”.

Las medidas que apunten a la evasión impositiva también repercutirán en la financiación de infraestructuras e inversiones de los países en desarrollo, de acuerdo con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). La UNCTAD afirma que los costos de transacción más elevados, los impuestos más altos en las operaciones internacionales y la eliminación de las ventajas fiscales para los inversionistas internacionales podrían “reducir los niveles de inversión generales en un momento en que sería extremadamente necesario contar con una inversión semejante para el crecimiento y desarrollo económicos”. La OECD (conjuntamente con el Fondo Monetario Internacional, Naciones Unidas y el Banco Mundial) ahora también está trabajando en las opciones para el uso eficaz y eficiente de incentivos fiscales en las inversiones de países de bajos ingresos.

Lo cierto es que esto no es apenas una conversación sobre impuestos; trata sobre la globalización y la economía digital. Desde la década de 1970, venimos presenciando una transformación dramática del nivel de conexión e integración de las personas y economías de todo el mundo. En la prensa, se destacaron Google, Facebook, Amazon y otros gigantes digitales; además, muchos gobiernos analizaban posibilidades de “digitalización fiscal”. Pero las consultas de la OECD, hasta ahora, sugirieron que resulta inútil intentar proteger la economía digital, ya que la economía digital es la economía misma.

Es evidente que el BEPS comprende varias piezas móviles sensibles; no hay soluciones fáciles. Desde un principio, la profesión contable ha proporcionado extensos aportes técnicos. Una somera revisión de las consultas del OECD revela que la profesión está comprometida con el objetivo de lograr que el BEPS les sirva a los gobiernos, las empresas y los contribuyentes. La profesión publicó material accesible y de lenguaje simple sobre el proceso del BEPS en diversos sitios web para alentar la participación en una conversación que, de otro modo, hubiera sido imposible.

Es fundamental lograr una conversación con sustento en su contexto a fin de obtener resultados justos y significativos a la hora de volver a evaluar los impuestos para este siglo XXI digital y globalizado. Los grupos de activistas y los medios de comunicación cumplieron un rol trascendental para llegar a incluir en la agenda las cuestiones impositivas mundiales. Para abordar esas mismas cuestiones y para evitar exacerbarlas, es necesario crear intervalos de tranquilidad para las políticas razonables y para ocuparse de interrogantes más importantes y más complejos a futuro.

 

IFAC is grateful for the translation contributions of Instituto Nacional de Contadores Públicos de Colombia to IFAC’s Global Knowledge Gateway.


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Russell Guthrie

Russell Guthrie is a former IFAC executive director. From 2001 to 2023, Mr. Guthrie held various leadership roles in strategy development, finance, capacity building, and membership and external affairs.
 
Prior to joining IFAC, Mr. Guthrie worked for 12 years in the assurance practice of KPMG—initially in Dallas, Texas, followed by two years in Rotterdam, the Netherlands. He also has extensive experience in the development and maintenance of firm quality control programs, having served for three years in Amsterdam, the Netherlands, as KPMG's Director of Global Quality Assurance.

Mr. Guthrie graduated with honors from the University of Texas at Arlington in 1988, receiving a bachelor's degree in business administration. He is a licensed CPA in the US states of Texas and New York and a member of the American Institute of CPAs.