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Este artículo fue traducido por INCP, Instituto Nacional de Contadores Públicos de Colombia.

Ya está en marcha una revolución acerca de la información que presentan las empresas en la elaboración de informes globales sobre el clima y la sostenibilidad, pero ¿Qué pasa con la forma de presentar esa información? La “paleta” de los informes corporativos no ha cambiado mucho en miles de años, a pesar de los enormes avances en los medios disponibles para recopilar, informar y asegurar la información. También han evolucionado la naturaleza y la complejidad del público y las entidades cuyas historias se intenta contar en la presentación de informes.

Los dispositivos inteligentes han transformado nuestra vida de muchas maneras y han resuelto problemas de los cuales no teníamos conocimiento. En la década de 1980, los teléfonos móviles o celulares estaban pensados para que las personas se comunicaran mientras estaban fuera de casa. Sin embargo, con el desarrollo de nuevas tecnologías, los dispositivos que llevamos hoy en nuestros bolsillos pueden ayudarnos a estar conectados y navegar casi en cualquier punto del planeta, influir en las redes sociales de millones de personas, comunicar señales de vida durante las crisis y mucho más. Por eso me pregunto ¿qué capacidades digitales recordarán los contadores profesionales en 2060 como algo obvio, que justo ahora parecen futuristas o fuera de alcance?

Un informe anual 2D o un documento estático en papel o PDF no es tan diferente del papiro en el que los escribas egipcios informaban sobre los inventarios reales hace más de 7000 años. La verdadera innovación actualmente exige un formato de informe totalmente digitalizado, en el que la información financiera y de sostenibilidad presentada por las empresas pueda ser consumida y analizada en el formato que el usuario considere adecuado para la toma de decisiones.

Los informes digitales emplean un lenguaje común o una “taxonomía” para asignar “etiquetas” a cada elemento que se divulga. Esto significa que la información puede presentarse y analizarse de forma dinámica para diferentes propósitos y usuarios. Por ejemplo, la manera en como se enseña la información simplificada y básica para los pequeños inversionistas no profesionales, no es la misma que para otras entidades, ya que no contiene detalles profundos extraídos directamente de los sistemas aplicados por los analistas o gestores de fondos profesionales. El lenguaje de los informes digitales, además, permite extraer todo lo anterior de un conjunto de datos coherentes, sin necesidad de una codificación manual o del reconocimiento de texto.

Al igual que los dispositivos inteligentes, los informes digitales tienen el potencial de resolver algunos de los problemas más difíciles que se presentan en los informes financieros y de sostenibilidad. Se trata de nuevas formas de abordar los retos comunicativos y estructurales que supone la presentación de información a un abanico de usuarios cada vez más diverso. La tecnología digital, en este caso, ofrece a las empresas un mayor control sobre la calidad de sus informes sin los errores que pueden derivarse de la transcripción manual a cargo de servicios de datos de terceros. Unos datos mejores y más fiables reducen el costo de capital.

Si miramos un poco más hacia el futuro, la información digital también tiene el potencial de abrir nuevas dimensiones en áreas contables donde el pensamiento, hasta ahora, ha estado limitado por la necesidad de ajustarse al papel. La metodología y las normas contables parecen haber llegado a un callejón sin salida conceptual en lo que respecta a la ampliación del alcance de los juicios en la presentación de informes para tratar, por ejemplo, los intangibles, el valor razonable y el cambiante contexto económico. Debe haber un balance en la presentación del informe, puesto que caer en el conservadurismo ha llevado a tener estados financieros menos significativos, pero abrir las puertas a juicios contables más abstractos puede significar una información menos fiable, o incluso, dar lugar a un riesgo moral.

La presentación de informes digitales podría proporcionar las vías necesarias para superar este continuo que ha atormentado a los contadores, entes de normalización, reguladores y auditores durante años. Una información más oportuna y en tiempo real, reduce la necesidad y dependencia de los grandes juicios contables peliagudos anuales, los que se leen en los periódicos y se escuchan en las investigaciones cuando todo sale mal. La tecnología digital también podría proporcionar los medios para informar sobre múltiples supuestos razonables o escalas de juicio para que los usuarios los consideren de forma intuitiva y devolverles así el poder de decisión y análisis.

Por el momento, estas ideas parecen plantear más problemas que soluciones: ¿qué pasa con la responsabilidad de los juicios?, ¿cómo puede funcionar esto cuando la presentación de informes y las auditorías se realizan en un momento dado, y no en tiempo real?, ¿cómo se regulan los informes digitales?

Estas son preguntas válidas que parecen casi imposibles de abordar desde la óptica actual. Sin embargo, es como si hubiéramos intentado imaginar e investigar cómo funcionaría una aplicación de navegación para teléfonos móviles en una época anterior a la invención del WI-FI o incluso del Internet. Pasar a un lenguaje contable digital es tan solo el primer paso, pero es un paso esencial para liberar estas posibilidades.

Una amplia y creciente mayoría de los principales mercados de capitales del mundo ha adoptado la presentación de informes digitales. Con todo, también está surgiendo una fragmentación conforme las jurisdicciones introducen sus propios lenguajes de presentación o ajustes locales a la taxonomía global publicada por la Fundación IFRS. Para algunas de las principales jurisdicciones sigue siendo difícil la adopción efectiva de la información digital en los informes públicos. Tanto Australia como Nueva Zelanda, han intensificado el debate y los esfuerzos para adoptar la información digital, aunque hasta el momento, esto no ha producido resultados concretos.

El enfoque del aseguramiento de la presentación de informes digitales también está en sus inicios. Algunas jurisdicciones han aplicado requisitos de aseguramiento limitado, mientras que otras no tienen ninguno. En este aspecto, todavía no se han desarrollado normas y metodologías específicas ampliamente aceptadas que aporten el mismo grado de aseguramiento al que estamos acostumbrados en un informe financiero firmado en papel. Es importante destacar que el Consejo de Normas Internacionales de Auditoría y Aseguramiento ha optado en su programa de trabajo por “explorar la necesidad de normas de aseguramiento relacionadas con XBRL, y elaborar un anuncio oficial”.

La falta de comprensión es uno de los retos más importantes para la adopción de la información digital y uno de los principales argumentos en contra de un mandato son los costos asociados a la implementación. Esto ha conducido a una situación parecida a la del huevo y la gallina: las empresas no adoptan lo digital porque los usuarios o los mercados no lo piden, y los usuarios no lo piden porque las empresas no lo hacen, de modo que no queda claro cuál es el valor y la forma de proceder. Estos mismos factores pueden acabar motivando las diferencias jurisdiccionales y la fragmentación, por ello, para superar estos retos es necesario:

  1. Educación y sensibilización acerca de los beneficios y costos para los preparadores, empresas y directores.
  2. Un sólido compromiso bidireccional de la profesión con los usuarios e intermediarios, incluidas las bolsas y los proveedores de plataformas.
  3. La capacidad de los reguladores y de las bolsas de aceptar presentaciones digitales, y la voluntad de imponer la presentación de informes digitales como formato obligatorio.
  4. Una cooperación regulatoria centrada en promover la convergencia y evitar una mayor fragmentación.
  5. Esfuerzos concentrados de la profesión de auditoría y aseguramiento y de los entes de normalización, junto con las partes interesadas del mercado de capitales, para desarrollar un enfoque global del aseguramiento.

Ahora que se abre una nueva era en la presentación de informes corporativos con la creación del ISSB, el paso a la presentación de informes digitales resulta más apremiante que nunca. Dar sentido a los informes financieros y no financieros con una variedad de información que no se ajusta al sistema cerrado de una ecuación contable, exige un medio de comunicación más potente. La revolución contable está por llegar, y aunque no sea ampliamente televisada (o transmitida en streaming), será digitalizada.

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Amir Ghandar

Amir Ghandar is Chartered Accountants ANZ's Reporting and Assurance Leader. In his role, Amir engages with Chartered Accountants and stakeholders to help shape the profession's vision on key policy decisions, represent the profession in major forums and reimagine how reporting and auditing can deliver on society's evolving needs.

Previously, as Deputy Director, Public Policy & Regulation at IFAC, Amir helped drive public policy and advocacy strategy for on key issues. He grew the profession's influence and networks at the top level of international policy making, collaborating with the G20 and Organisation for Economic Co-operation and Development (OECD) to carve out the profession's role in improving transparency, tackling corruption and building public trust.

Priot to his time at IFAC, Amir trained at top tier professional services firms including EY in Australia and London gaining extensive experience in reporting, assurance and regulation.