Las auditorías de estados financieros de alta calidad son esenciales para que las organizaciones, los mercados financieros y las economías sean fuertes. Si bien las auditorías se han centrado históricamente en mejorar la confianza de los inversores y otros proveedores de capital, también se benefician otras partes interesadas, incluidos directores, miembros de la dirección, empleados, analistas, reguladores, agencias de calificación, clientes, proveedores y el público en general. Al reconocer este contexto, las auditorías de alta calidad claramente sirven al interés público.
Se están llevando a cabo importantes conversaciones en todo el mundo sobre la presentación de informes corporativos, la calidad de las auditorías, las expectativas de las partes interesadas y el gobierno corporativo.1 Es fundamental que los responsables de la elaboración de políticas adopten una perspectiva equilibrada y fundamentada en evidencias que reconozca el éxito general y muy consolidado de las auditorías, mientras solucionan eficaz y proporcionalmente cualquier deficiencia con un espíritu de mejora continua.
Lograr auditorías de alta calidad requiere un ecosistema que funcione bien, basado en la ética y la independencia como condiciones previas para lograr auditorías de alta calidad. Este ecosistema incluye una serie de factores y participantes, incluidos las personas, el gobierno de la entidad y la regulación adecuados. Estos elementos deben trabajar juntos para producir la auditoría correcta que cumpla con las expectativas de las partes interesadas. La calidad de la auditoría debe evaluarse con las mediciones adecuadas. La ausencia de cualquiera de estos componentes puede significar que la auditoría no cumple con las expectativas de las partes interesadas.2
Todos los participantes del ecosistema de auditoría y aseguramiento deben actuar para mejorar el proceso de auditoría, el conjunto de habilidades y la mentalidad de los profesionales de la contabilidad, las actividades del gobierno de empresas y firmas de auditoría, los reglamentos y las normas que respaldan la presentación de informes de las entidades y la conducta del auditor, y la forma en que se valora la calidad de la auditoría.